En el año 1962, Pepe
Ciges deleitó a los lectores de la Revista
Enguera con este corto poema, reflejo de la sociedad enguerina de los,
denominados, felices años 20. Las levas
para las guerras de Marruecos, el analfabetismo en la mujer, la mezcla de expresiones
enguerinas con el castellano imperante en la “buena sociedad”…
Si en algo destacó nuestro autor, al sentir de la mayoría de
la Redacción del Blog, fue precisamente en ese sentido realista que le dio a
sus escritos.
Todavía hoy, algunos “bien pensantes” le atacan precisamente
en lo que es su esencia como literato: la descripción de la realidad que le
tocó vivir pues, la realidad tan fruto es de quien imita, con sus pocas luces,
como de quien se hace imitar abusando de su posición.
Por lo
demás, Ciges Pérez, siguiendo la vieja herencia transmitida por nuestros más
significativos autores, siente y ama a sus personajes; no se recrea en los
defectos del inferior, bien que a algunos les pese. Ciges describe… que no es
poco, contraponiendo dos realidades que descubría en la vida enguerina, que le
tocara vivir.