En 1978 Fernando Palop deleitaba
a los lectores de la Revista Enguera
con este precioso y “novelesco” relato. La Mujer, el Marido y el Camillero son
los tres personajes de esta divertida parodia. El parte médico pondrá las cosas
en su sitio.
El autor, por su condición de
juez, luego magistrado, conocía las intrincadas declaraciones de personas con
mucha imaginación y pocas luces. Sabía cómo entender los folios de autos. Y,
tal vez lo más importante: sin apartarse del sentido común, fruto de una ironía
que le rebosaba en cada gesto, trataba de entender entre la hojarasca la
realidad de lo acontecido.
Con tal bagaje no es de extrañar
la fina ironía que rezuma cada línea de su trabajo.