A
los comentarios que preceden a las series de palabras ofrecidas hasta el
presente nos parece necesario añadir uno más en el que se refleje el retroceso
que la Parla Enguerina
está sufriendo entre nosotros. Poco a poco y a lo largo de un siglo nuestra
forma de hablar ha entrado en un claro desuso, especialmente entre los más
jóvenes. Las causas son muchas y muy conocidas.
Es verdad que aún escuchamos en boca de
las personas mayores innumerables palabras y expresiones en las que pervive el Enguerino de forma espontánea. De ellas
hemos recibido muchas de las palabras que se han recogido en estas páginas. Lo
agradecemos pues con sus aportaciones han enriquecido y dado valor a lo que
desde aquí estamos intentando realizar.
Es preciso reconocer también el
entusiasmo con que un número importante de paisanos, hombres y mujeres,
presencian las sesiones de Sainetes
Enguerinos que grupos de entusiastas del pueblo representan todos los años.
A ellos hay que añadir a quienes continúan escribiendo obras diversas en Enguerino. Y también a los que se
preocupan por publicar en Internet textos antiguos, escritos en Enguerino por enguerinos y enguerinas.
Gracias a ellos sabemos que Enguera posee una amplia y rica literatura que
viene, al menos, desde la segunda mitad del siglo XIX hasta nuestros días y
podemos afirmar que pocas poblaciones disfrutan de un tesoro semejante.
Sin embargo el futuro de nuestra Parla
Enguerina no está asegurado. A los niños
y a los jóvenes les resulta extraña esa forma de hablar. La escuela, los medios
de comunicación (¡la Tele!),
las publicaciones a su alcance, la desidia de nosotros, los mayores, y otros
factores están haciendo que las nuevas generaciones crezcan en el
desconocimiento de nuestra Parla
Enguerina. Todo ello nos lleva a plantear esta pregunta: ¿Qué podríamos
hacer?