Hoy continuamos aportando y comentando palabras que tienen una cierta relación entre sí al referirse todas ellas al ámbito de las tierras que componen nuestro término: su flora y su fauna, los nombres que recibieron instrumentos y actividades, los topónimos de partidas, montes y lugares, y otras parecidas.
Conviene anotar que la inmensa mayoría de estas palabras tienen su origen y sus raíces en la lengua latina que hablaban los romanos y en la lengua árabe hispana que utilizaban los moros. Durante unos mil quinientos años, los pobladores de estas tierras, que desde antiguo han sido conocidas como La Sierra de Enguera, se fueron impregnando de las formas de vivir, de pensar y de actuar de ambos pueblos, romano y árabe, y de sus civilizaciones. Y, muy especialmente, de sus respectivas lenguas. No es aventurado, pues, afirmar que el latín y el árabe están en el origen de nuestra Parla Enguerina. Posteriormente esa parla recibió las influencias lingüísticas de los nuevos dueños: el castellano, el aragonés y el catalán valenciano.