Conviene recordar que en el
antiguo Reino de Valencia –hoy Comunidad Valenciana– han existido desde hace
siglos, dos zonas claramente diferenciadas por razón de la lengua que se habla
en ellas. La zona del catalán valenciano comprende casi cuatrocientos
municipios, aunque en las poblaciones más grandes buena parte de sus habitantes
utilizan el castellano como lengua de uso. En la zona de habla castellana o,
mejor, castellano aragonesa, existen unos ciento cincuenta municipios, situados
preferentemente en las tierras del interior de Valencia y Castellón. Entre
ellos se incluyen los que mantienen rasgos aragoneses más o menos acentuados en
su forma de hablar. Según un interesante trabajo publicado por Natividad Nebot
Calpe, entre las poblaciones con notable influencia aragonesa en su lengua se
hallan, además de otros, los municipios del Rincón de Ademuz, los de la Serranía de Chelva, la
hoya de Buñol, la Canal
de Navarrés y ENGUERA, todos ellos en la provincia de Valencia. Y también se
mantienen las raices el habla aragonesa en otros municipios del interior de
Castellón, como los del Alto Mijares, el Alto Palancia, Olocau, Pavías y
Segorbe.
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