Felíz regreso de vacaciones
e inicio del Curso 2.012-13
Iniciamos este
curso recordando a Pepe Ciges, un hombre de letras. Y lo recordamos al inicio
del curso escolar, que entre nosotros siempre se fechaba el día de la fiesta de SAN GIL. ¿Por qué fue así?
Junto a los muchos datos
que poseemos por tradición oral, D. Pedro Sucías nos recuerda que, ante la
resistencia del Provincial de los Carmelitas a fundar un convento en Enguera,
cumpliendo así el legado del enguerino Juan Fabra, el Síndico de nuestro Ayuntamiento
se ofreció para conseguir que nuestro pueblo completara “lo necesario”.
A tal efecto
reunió al Consejo que, por 350 votos a favor y uno en contra, acordó hacer
efectivo “lo necesario”. Ahora bien, el mismo Consejo impuso una serie
de condiciones, algunas de las cuales el mismo D. Pedro Sucías detalla. Son éstas.
A cambio de recibir lo necesario para realizar la obra, la Orden Carmelitana se
comprometía a lo siguiente: Predicar en los días de la Cuaresma y también los
sermones de las cofradías. Y, además, debería “mantener docencia”, es decir
abrir una escuela donde, según detalla D. Pedro Sucías, habrían de: “Explicar todas las materias de gramática y
teología”.
Estamos en el
año 1649. A
lo largo del siglo XVII se va levantando el edificio del Convento. Y se
entiende que se trataba de poner en marcha una escuela para niños y jóvenes,
así como que las “materias” serían adecuadas a sus respectivas edades.
Y es también D. Pedro Sucías quien nos aporta muchos más
datos. Pero no queremos hacernos prolijos: para eso ya están otros. Sólo
tomaremos uno. Formó parte de aquella comunidad un tal Fray Pedro de San Pedro que vivía siempre arretirado (sic) en su
celda”. El tal fraile, que había escrito pequeños libros de mística, enseñaba a los niños la doctrina cristiana y
les leía la vida de los santos.
Posteriormente,
tras la expulsión de los religiosos, el Padre Sucías vuelve a insistir sobre la
función docente del edificio del Convento al acotar la solicitud que cursa el
Ayuntamiento al Gobierno “en vista de que
el local estaba abandonado y necesitaba escuelas…”
Tras estos y otros
muchos datos los miembros de la Redacción, siguiendo la tradición recogida por
Pepe Ciges en el original (*) del Poemilla de San Gil,
opinamos que el 1º de septiembre, día de San Gil, era el comienzo del curso y
que las enseñanzas las impartían los Carmelitas. Y que ese fue el comienzo de la
tradición de marchar ese día desde la Parroquia al Convento gritando el “Viva San Gil”,
tan celebrada y querida en Enguera hoy por nosotros como lo fue antes por
nuestros antepasados.
(*) Así lo escribió:
Mañana nuevamente a la tarea,
del curso se abrirán las duras clases,
y el Niño somnoliento, irá a la Escuela
almorzándose el pan y chocolate...
Sólo
nos queda por documentar por qué los niños llevan, como creemos llevaron desde
siempre, ramos de hinojo y no huevos, frutas u otras cosas. ¿Acaso los frailes
disponían, por ejemplo, de algún tipo de destilería? No sería de extrañar, pues
el anís y el licor carmelitano siempre gozaron de buena salud… Pero, hasta el
momento, no hemos encontrado indicio alguno que nos permita pensar que los
Carmelitas Descalzos de Enguera fabricaran uno u otro.
¡Felíz reencuentro y hasta la próxima semana!