martes, 4 de septiembre de 2012

Poemilla de San Gil


Felíz regreso de vacaciones
e inicio del Curso 2.012-13

Iniciamos este curso recordando a Pepe Ciges, un hombre de letras. Y lo recordamos al inicio del curso escolar, que entre nosotros siempre se fechaba el día de  la fiesta de SAN GIL. ¿Por qué fue así?
Junto a los muchos datos que poseemos por tradición oral, D. Pedro Sucías nos recuerda que, ante la resistencia del Provincial de los Carmelitas a fundar un convento en Enguera, cumpliendo así el legado del enguerino Juan Fabra, el Síndico de nuestro Ayuntamiento se ofreció para conseguir que nuestro pueblo completara “lo necesario”.
A tal efecto reunió al Consejo que, por 350 votos a favor y uno en contra, acordó hacer efectivo “lo necesario”.  Ahora bien, el mismo Consejo impuso una serie de condiciones, algunas de las cuales el mismo D. Pedro Sucías detalla. Son éstas. A cambio de recibir lo necesario para realizar la obra, la Orden Carmelitana se comprometía a lo siguiente: Predicar en los días de la Cuaresma y también los sermones de las cofradías. Y, además, debería “mantener docencia”, es decir abrir una escuela donde, según detalla D. Pedro Sucías, habrían de: “Explicar todas las materias de gramática y teología”.
Estamos en el año 1649. A lo largo del siglo XVII se va levantando el edificio del Convento. Y se entiende que se trataba de poner en marcha una escuela para niños y jóvenes, así como que las “materias” serían adecuadas a sus respectivas edades.

        Y es también D. Pedro Sucías quien nos aporta muchos más datos. Pero no queremos hacernos prolijos: para eso ya están otros. Sólo tomaremos uno. Formó parte de aquella comunidad un tal Fray Pedro de San Pedro que vivía siempre arretirado (sic) en su celda”. El tal fraile, que había escrito pequeños libros de mística, enseñaba a los niños la doctrina cristiana y les leía la vida de los santos.
            Posteriormente, tras la expulsión de los religiosos, el Padre Sucías vuelve a insistir sobre la función docente del edificio del Convento al acotar la solicitud que cursa el Ayuntamiento al Gobierno “en vista de que el local estaba abandonado y necesitaba escuelas…

            Tras estos y otros muchos datos los miembros de la Redacción, siguiendo la tradición recogida por Pepe Ciges en el original (*) del Poemilla de San Gil, opinamos que el 1º de septiembre, día de San Gil, era el comienzo del curso y que las enseñanzas las impartían los Carmelitas. Y que ese fue el comienzo de la tradición de marchar ese día desde la Parroquia al Convento gritando el “Viva San Gil”, tan celebrada y querida en Enguera hoy por nosotros como lo fue antes por nuestros antepasados. 
(*) Así lo escribió:
Mañana nuevamente a la tarea,
del curso se abrirán las duras clases,
y el Niño somnoliento, irá a la Escuela
almorzándose el pan y chocolate... 


            Sólo nos queda por documentar por qué los niños llevan, como creemos llevaron desde siempre, ramos de hinojo y no huevos, frutas u otras cosas. ¿Acaso los frailes disponían, por ejemplo, de algún tipo de destilería? No sería de extrañar, pues el anís y el licor carmelitano siempre gozaron de buena salud… Pero, hasta el momento, no hemos encontrado indicio alguno que nos permita pensar que los Carmelitas Descalzos de Enguera fabricaran uno u otro.

¡Felíz reencuentro y hasta la próxima semana!