Con esta obra hemos pretendido recordar, además del autor –el transcriptor J. B. J., que pensamos responde ciertamente a su autor: Jaime Barberán Juan–, dos hitos en nuestra historia de los años cincuenta del siglo pasado.
El primero de ellos hace referencia a la llegada a nuestro pueblo de las dificultades derivadas de la representación teatral; fenómeno que hoy encontramos tan corriente en las sesiones de lectura de sainetes, comedias, etc.El segundo de ellos, conviene no olvidarlo, es la llegada a nuestra población de un fenómeno realmente curioso, a saber: las emisoras de radio y, de manera más específica, las emisoras parroquiales. Fue un fenómeno que, esperemos, algún día sea estudiado. Las fiestas en el aire, la proliferación de efemérides, el rezo del rosario, así como tantos y tantos programas que llenaban las horas de quienes vivían aquellos años en que el régimen político conseguía los primeros reconocimientos internacionales y, en consecuencia, los intercambios comerciales.
En ese ambiente de los años cincuenta se leyó por vez primera el sainete que adjuntamos.
Jaime en el acto en que le fuera impuesta la Cruz pro Ecclesia et Pontifice
Por lo demás, en el aspecto específico de nuestra parla, Jaime Barberán debe ser catalogarlo dentro de lo que hemos venido denominando grupo de autores clásicos, junto a Pepe Ciges, Emilio Granero, Sebastián Pérez Simón, José Mª Palop, José Gascón, Miguel Ciges, Fernando Palop; es decir, aquellos autores que, básicamente ubicados en la emigración aunque sin perder el contacto con la tierra alizonenca, escribieron en las décadas centrales del siglo pasado.
Del mismo autor puede verse, entre las obras publicadas en este blog, “Pa sainetes, Engra u aquí no ha pasau nà”, aparecido el nº 13 el 31 de marzo de este mismo año.
Con los mejores deseos de la Redacción