El blog y Grupo “De Parla enguerina” les saluda de nuevo al inicio de este segundo curso de comparecer semanalmente con todos.
Tras los mejores deseos, iniciamos este curso con una de las obras más emblemáticas de nuestra literatura enguerina, correspondiente al período de postguerra. Así como con un manuscrito algo más que original: un cuaderno de gusanillo con una letra expléndida y tachado o rayado por un muñac@. Pocas veces hemos podido gozar de originales tan original, incluso con su dibujo del emplazmiento urbano.
En su momento, alguien presentó esta obra con el comentario siguiente: “… se trata de una de las joyas de nuestros Pepe Ciges y Emilio Granero. Al parecer estos autores escribieron varios sainetes en los que el hilo conductor es la narración de costumbres, relatadas en el nuevo enguerino, contrapuesto al tradicional”.
No podemos afirmar, y menos mantener, tal aserto. Lo bien cierto es que esta obra, junto a “El boltizo”, de próxima publicación en este mismo blog, conforman un interesantísimo paso en la evolución y consolidación de nuestro lenguaje, que ellos denominan alizonenco, en la segunda mitad del siglo pasado, y enmarcan en lo que denominan Teatro Íntimo Enguerino.Por lo demás, esta obra tiene ciertos elementos dignos de destacar: uno, y no menos importante, hace referencia a la ubicación del “suceso local” en la calle “Zalamera”.
En efecto, el nombre de esta calle es bien extraño.
* Don Pedro Sucías la referencia con el nombre de Zalameda “por la invocación de un Cristo que se venera con este título en dicha calle” pues, con anterioridad, se la denominaba “Carrer de Xàtiva”.
* En nuestra habitual forma de expresión la denominamos calle de Zalamera, como así la recogen también los autores del sainete.
* Consultado el diccionario Wikipedia encontramos, en referencia a Zalamea de la Serena (Badajoz), el párrafo siguiente: “Real Capilla del Santísimo Cristo de la Quinta Angustia. Construida en el año 1606 es de estilo herreriano, destacando sus artesonados en madera y la azulejería que cubre el altar mayor y la sacristía, perteneciente a la escuela talaverana del siglo XVII.”
En resumen, que es una calle con azulejo a Santa Lucía; que le se asigna por nombre Zalameda a partir del acuerdo municipal de rotulación del callejero con motivo del terremoto de 1.748; aunque todos la conocemos con el nombre de Zalamera.
Con todo y cualquiera sea el origen del nombre de la calle, esperemos disfruten con este sainete alizonenco.
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