Son tan abundantes las
palabras y las expresiones enguerinas de todo tipo que usaban nuestros
antepasados (muchas de las cuales aún se usan) que parece imposible anotarlas
en su totalidad. Si a ellas añadimos las que constantemente son “inventadas”
por los que aún permanecemos de pie, la riqueza del léxico enguerino se
convierte en algo más que llamativa. De
ahí que algunos insinúen que lo que llamamos “parla enguerina” en realidad es
una lengua con todos los merecimientos.
Es recto reconocer que, al día de
hoy, muchas de las palabras, los dichos, las expresiones antiguas de nuestra
parla han desaparecido del uso corriente, incluso de los enguerinos mayores. Y
si hablamos de las generaciones más jóvenes, las pérdidas son todavía más
llamativas. Poco a poco la riqueza que supone poseer una manera propia y
distinta de hablar, valiosa herencia que nos viene desde antiguo, se está
llevando al peligroso límite de la ignorancia y del olvido. No es suficiente el
esfuerzo decidido de unos pocos, apasionados
por el “enguerino”, ni el entusiasmo que algunos muestran escribiendo en
nuestra parla, utilizándola en público o representándola en el escenario. Se
precisa el concurso de todos cuantos se sientan enguerinos.
Especialmente,
desde aquí, hacemos una llamada a los mayores, para que no duden en utilizar en
familia o entre amigos las palabras y expresiones que conocen; y que dejen
claro ante los suyos que cuando pronunciamos una palabra, un dicho, una
“charrá” en enguerino eso no significa que hablemos mal, como nos achacan
algunos. Simplemente, estamos utilizando nuestra lengua, la que hemos heredado
de nuestros padres. Y eso debe ser suficiente argumento.
Veamos
ahora una nueva serie de palabras, algunas en desuso.