De José Gascón Marín poco podemos decirles, pues todo lo que conocemos de su vida lo relatamos en las frases que siguen.
Nace en el seno de una familia acomodada: los Gascón de la calle Desamparados que, entre otras propiedades, lo fueron de las tierras donde está ubicado el pozo del Rey. A tales tierras conducía la Senda de la Olivereta de la Gascona, posteriormente renombrada de san Vicente según don Pedro Sucías.
Dicha “olivereta”, a mi entender, todavía señorea en la que pudiéramos catalogar
como árbol monumental, bajo el camino de La Icena
Llegado el tiempo casó con Concha Marín Abella, hija mayor del boticario que todavía hoy puede deleitarnos gracias a sus colaboraciones en El Enguerino.
El matrimonio se estableció en el segundo piso de la casa, hoy numerada seis, de la calle Doctor Albiñana; precisamente en el tramo que, anteriormente, se denominara calle Mayor. Del matrimonio nacieron cuatro hijos, en primer lugar, los gemelos José y Gloria, luego Conchita y, finalmente, Matilde.
En dicho domicilio residieron hasta que, crecidos los hijos y buscando nuevos horizontes para éstos, marchan a Alacuás donde se establece y desarrolla la familia.
Es en Alacuás, y previsiblemente en su jubilación, cuando escribe las colaboraciones a la revista Enguera. Tales trabajos los presentaba anualmente bajo el genérico Cosas d’Engra, que hoy nos honramos presentándolos para que ustedes los disfruten.
Gran aficionado a la fotografía, a él debemos la soberbia imagen del Altar Mayor
que engalanaba la Parroquia.