jueves, 31 de marzo de 2011

Pa sainetes Engra

El gran promotor de la cultura de y en Enguera durante la segunda mitad del siglo pasado respondía al nombre de Jaime Barberán Juan (1.914 – 1.989). Hombre cordial y gran conversador había nacido en la casa nº 2 de la Calle Molina, fruto del matrimonio formado por Jaime Barberán Bañó y Mercedes Juan Biosques, de quienes fue el continuador de la segunda actividad familiar, pues la primera de su padre había sido la de tejedor.
Jaime Barberán en el año 1959
No es ocasión de hacer referencia a los múltiples aspectos de su vida; aquí y ahora compete referirnos a su capacidad literaria de la que son buena prueba las revistas a nuestros jóvenes y enguera, entre las locales, así como las colaboraciones en otras revistas y periódicos de tirada provincial  y nacional.

A nosotros nos interesa rescatar su faceta como amante de nuestra cultura autóctona, al igual que su vena plasmada en nuestra parla. De toda esa gran producción, a la que deberemos volver, hoy les proponemos una de sus obras más trabajadas: Pa sainetes Engra u aquí no ha pasau ná. Cuadro de costumbres enguerinas.
La riqueza de vocabulario, entendemos, es su mayor contribución en esta obra. Aparecida el año 1.951, es fiel reflejo del momento revulsivo y de exaltación, así como de la valoración de nuestra parla, que se viviera en toda la Comarca con motivo de la visita del profesor canadiense Gulsoy.
 Jaime en la época de ex Alcalde
Otros desechan tal interpretación al concederle a tal visita únicamente el efecto de generalización del valor que nuestra habla pudiera tener como fenómeno social, fruto del efecto mimético que comporta la figura de un profesor foráneo.
Sea de ello lo que fuere, lo cierto y verdad radica en que ya los hombres de la cultura de la época, entre los que, a nuestro entender, hay que colocar al autor de la obra que hoy nos honramos en presentarles, ya habían dejado suficientes muestras del amor a nuestra parla, derivado de la comprensión que comportaba como riqueza cultural.

Deseamos que la disfruten

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jueves, 24 de marzo de 2011

Romancero enguerino y IV

¡Corpet de mi alma!

Esta 4ª y última entrega del Romancero Enguerino la acompañamos con dos fotos sentimentales de nuestro autor:
-         la primera recoge la fachada de la casa en que debió nacer, hoy numerada con el 57 de la calle Santa Bárbara

      -     la segunda es un detalle de la lápida tras la que se esconden sus restos, es decir: su última morada.
 Y con ellas uno de los textos más líricos de su producción epicúrea y, más concretamente, gastronómica: fiel reflejo de su amor por cualquier cosa, por insignificante que pareciera, siempre que fuera de su pueblo.
La obra ¡Corpet de mi alma...!, publicada en el número extraordinario de septiembre de 1953 por la revista “A Nuestros Jóvenes”, se acompaña con ilustración del gran José Mª Palop, cuya producción relativa a nuestra parla también estamos trabajando para poderla ofrecer en próximos números.


De momento esperamos puedan disfrutar de El Romancero enguerino, con cuya publicación nuestro blog se siente muy honrado

lunes, 21 de marzo de 2011

Romancero enguerino III


Tras la disculpa por el retraso, presentamos la tercera entrega del Romancero Enguerino con el documento siguiente:

El Cónsul de Engrá en Madrid

A los que la presente vieren y entendieren,
sabende:
Que el registro que llevemos en este Consulado, de toos los enguerinos que hay esparramaus p’ol Mundo, fegura como rechirau en el Libro Cebolla, y residente en Algeciras, miguel aparicio pardo, alias El Barraquero y mósico pa mas señas.

Y habiendo acreditau complidamente que va nacer en la Tierra del Alizón, y va ser boltizau en la pila de San Miguel, y que sabe dir y prenunciar “albercaques”, “anueces”, “güego” y “cansoncillos”; y sabe tamién chugar a los triquilistraques, li emboquemos este salvoconducto pa que cuando li venga en gana pua tornándose a Engra por ande haiga salido, y desfrutar de libre trénsito apenas traspase la Cruz de Piedra, por toos los dominios enguerinos, con derecho a ir por toas las calles, plazas, y carrerones de la Villa, el Sorior enclosive; asina como pasear por toos los caminos, sendas, sendetas, vericuetos, ramblas, barrancos, campiñas, orgalejas y demas andurriales de la Vall; lo mesmo que pa buscar pebrazos, yongos, turmas y monchetas por lomas y calzás cuando sea tiempo; asina como caragoles con llanterna ni más ni menos que el Chuchogolós, por toa clase de ribazos y en toa epóca que se crien.
Queda tamién altorizao, pa el cabaceo no abusivo de albercaques verdes, anueces, lamerlas, alvellanas y nispros; asina como pa pellucar bellatas a carrasca batida pasao Toos Santos; y asina mateix, pa hartajonear higas apuchazates u de pala mentras en queden en las higueras u en las paleras de los Corrales.

Tamién tendrá derecho a rosigar alizones, colejos, espárragos, rosillas, aniojo y uvetas de pastor.

Item mas; si por causa del hartajón sintiera flato, pué soltarsende too lo que li venga en gana, con roído o sin él, haga o no en d’haga pudor, y en ca que sea hendo fuerza y levantando el anca como la tia Monsona.

Y si fuera flato de ixe que llaman cerrau, queda autorizau pa demandande aduya a las culanderas u palpaoras de gracia de la Villa; y si li mueve el ventre hasta en pué her de cuerpo d’azaga el Lavaor u en la Fuente Nueva y Eretas del Santísmo, y torcarse con un testet si no entiene papel de estraza a mano.

Asina lo despongo por esta esquela, y por ixo ordeno y mando a toos los poliseros, alguaciles, serenos y guardias del Monecipio, pa que en d’hagan la vista gorda en too a quello que guiparan u ascucharan que no se acomode a lo mandau, pudiendo solo rectarlo y hasta tancarlo en la presón si se propasara en lo que hemos acordau.

Dao de baldes en Madrit un dia del año MCMIL
el consul
(Güella datilar.)

Yo, Pere el Tremendo, que ni engaño a Dios ni la Virgen y lo juro jurau, digo que la didá de mas arriba es del Cónsul ixe o como se diga, y asina lo hago costar arreando tamién la didá del dátil gordo de la mano derecha por ser alfabeto y no sabende de lletra.
(Otra güella datilar.)
Por la transcripción:
Pepe ciges

jueves, 10 de marzo de 2011

Romancero enguerino II

¿Quién fue Pepe Ciges?

Pepe Ciges en el CD Enguera de 1923;
                             detrás y primero por la izquierda, su hermano Jesús

Emilio Granero y Pepe Ciges nos han aparecido a la mayoría de enguerinos, como también lo fueran en tiempos pasados los Hermanos Machado; tan ha sido así que de ellos se escribió frases como la siguiente: “Unidos por una fraterna amistad, a la que dio pábulo la común vocación literaria, ambos alegres, espontáneos, ocurrentes, llenos de vitalidad y amor a la vida, habían sido vapuleados por ésta en algún momento de forma dura, pero en ellos sólo quedaba el recuerdo de los minutos optimistas, de las pasás salerosas, de los dicharachos recordables. Sentían el amor a Enguera y a sus viejas tradiciones y personajes memorables, junto a los que ponían una paralela teoría de tipos pintorescos que habían conocido de oídas o de visu y a los cuales dedicaban sus prosas y versos, guasones, aunque nimbados de una ternura y un amor al humilde y desdichado –el tonto, el vejestorio, la agüeleta, el roñoso, el pedigüeño…– que no podían disimular. Y de lo localista y particular pasaron a lo literario de mayor enjundia y universalidad. … Pepe Ciges fue creando un Romancero Enguerino que, desvelado en parte por la circular A nuestros jóvenes –1944-1958– y estas páginas de Enguera –desde su aparición en 1958–, tiene un amplio y variopinto contenido… 
 

Emilio Granero, Jaime Palomares, Octavio Castillo y Ciges, quienes con Ricardo Ros conformaron el núcleo duro de nuestro particular parnaso enguerino del que Jaime Palomares dejara cumplida referencia

“…(Pepe) también hizo incursiones en la poesía lírica, en la crítica literaria, en el humorismo, en la evocación histórica. Y si al tocar estos temas podía hallar algún matiz o pormenor que se refiriese, aunque fuera lejanamente, a su inolvidada Enguera, no desaprovechaba la ocasión y dejaba constancia de ello.”

(Tomado de la revista Enguera, 1975)
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jueves, 3 de marzo de 2011

Romancero enguerino I

Se trata de una recopilación de poemas aparecidos básicamente en las publicaciones "A nuestros jóvenes" y "Enguera", realizada por José Antonio Palop.

Ciges en su juventud
No nos atreveríamos a decir que es la obra cumbre de nuestro prolífero paisano don José Ciges Pérez, pero sí aquella que con mayor expresividad refleja y canta el amor que encierra a su patria chica: a sus viejas tradiciones y personajes memorables, junto a los que ponía una paralela teoría de tipos pintorescos que había conocido de oidas o de visu y a los cuales dedicaba sus prosas y versos, guasones, aunque nimbados de una ternura y un amor al humilde y desdichado –el tonto, el vejestorio, la agüeleta, el roñoso, el pedigüeño…– que no podía disimular. 
 Ciges con su esposa
Es por ello que, a partir de este número y durante estas cuatro semanas de marzo, suspendemos la cadencia de este blog para publicar de forma completa esta obra de nuestro ínclito Pepe Ciges.

Pedimos disculpas a quienes nos vienen siguiendo, especialmente a quienes la próxima semana esperaban la sección “Palabras Enguerinas”. Finalizada la publicación del Romancero Enguerino, reanudaremos la cadencia de las secciones. Entendemos que la ocasión requiere el cambio y esperamos lo disfruten.

Muchas gracias.


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